Julián Fernández (centro) fue el encargado de impartir justicia en la final del Regional Pampeano A

El árbitro de la final del Torneo Regional Pampeano A, Julián Fernández, contó cómo vio la experiencia de haber dirigido la final y relató que si bien tuvo previamente momentos de ansiedad, pudo sostener su rutina diaria. A continuación, todas las sensaciones del referee durante el fin de semana:

“Al principio estaba ilusionado porque no se sabía si era yo quien dirigiría u otro de los referees de la Unión, a priori había una terna de árbitros que indican quienes designan que estan capacitados para dirigir este partido”, comenzó su cronología Fernández, quien al enterarse de su designación, resaltó que buscó sostener “exactamente lo que venía haciendo. Entrenar en mi club (Unión del Sur), ir al gimnasio, analizar a ambos equipos y compartirlo con mis asistentes u otros referees de confianza. Busqué mantenerme tranquilo. Llegué temprano a Mar del Plata para ver todos los partidos y acompañar a mis colegas”.

Respecto a los 80 minutos, Fernández explicó que “era sabido que los dos equipos iban a querer ganar la zona de disputa y el punto de encuentro , quisieron ganarle fisicamente al rival. Busqué mantenerme tranquilo y apoyarme en mis asistentes. Creíamos que ibamos a tener muchos scrum y tuvimos uno solo en todo el partido. Quizá ese era uno de los puntos más conflictivos pero fluyó más el juego”. Pese a eso, explicó que “había más nerviosismo en los minutos finales, pero no hay nada para decir de los capitanes ni del resto de los integrantes. Ellos ayudaron a que no se vaya el ritmo normal del partido.”

En cuanto a las sanciones, explicó que siempre buscó “actuar rápidamente para evitar acciones o reacciones de los rivales y que no se repitan dentro del campo de juego”.

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